07/05/2018 Ana Real
“Cuando empezamos nos cuestionamos por qué no convertir nuestra afición en una profesión y un medio de vida”
Las Fallas de Valencia, declaradas por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, constituyen una fuente de recursos económicos para muchos sectores valencianos y su vigencia contribuye a preservar las artes y oficios tradicionales que de otro modo desaparecerían. Es el caso de TRES AGULLES COOP V, sus tres socias se dedican a la confección, venta y alquiler de trajes de indumentaria valenciana, tanto femenina como masculina, todo tipo de artículos y complementos relacionados con la fiesta fallera, así como a la confección de trajes de fiesta y ceremonia. En la actualidad trabajan con los principales proveedores de la Comunidad valenciana con el objetivo de ofrecer productos artesanos y de calidad.
La historia de TRES AGULLES COOP V comienza, precisamente, en una comisión fallera. Gemma Moreno, Sonia Sánchez y Rosario Roser se conocieron así y pronto descubrieron que, además, les unía una afición y una pasión común por la indumentaria. Provenían de ámbitos profesionales distintos, pero en aquel momento las tres estaban en desempleo. “Nos formamos juntas en la misma academia de confección; a raíz de ahí, empezamos a cuestionamos por qué no convertir nuestra afición en una profesión y un medio de vida. La ilusión y las ganas, la valentía y el apoyo de nuestras familias hicieron el resto”, explica la presidenta de la cooperativa, Gemma Moreno.
Y así, en un pequeño local comercial de Quart de Poblet, nació en septiembre de 2016 TRES AGULLES COOP V. “Abrimos la tienda de indumentaria valenciana en un local pequeño para reducir costes de inversión iniciales y valorar la viabilidad del negocio en la zona en la que lo abrimos”, revela Sonia Sánchez.
Inicialmente los clientes que acudían a la tienda eran amigos, conocidos y gente de Quart, pero, poco a poco, la puesta en marcha de una campaña de marketing en redes sociales y el boca a boca de los clientes satisfechos han propiciado que la clientela vaya creciendo y fidelizándose, como reconoce satisfecha Gemma Moreno. “Nuestra área de influencia ha crecido a poblaciones cercanas como Mislata, Manises, Valencia, y no tan cercanas, como Yátova o Algemesí. Somos conscientes de que este negocio se sustenta por el boca a boca de los clientes y es por ello que nos esforzamos por tratar a cada cliente de forma especial, para que encuentre en nosotras la confianza y profesionalidad que busca, con el fin de conseguir tanto su fidelización como su recomendación”.
Al año de su apertura, las socias de TRES AGULLES Coop V comprobaron que necesitaban un local más amplio y con mayor visibilidad, así que aprovecharon la ocasión y se quedaron un local que reunía todo lo necesario y que quedaba disponible justo enfrente del suyo. “El cambio nos ha permitido introducir novedades en productos y servicios ofrecidos a los clientes, mejorar nuestra comodidad laboral al disponer de un taller más amplio, mejorar la experiencia del cliente en tienda al disponer de más producto y mejores instalaciones. Todo esto, unido al gran escaparate del local, que nos permite exponer nuestro trabajo, se ha traducido en un aumento de tráfico de clientes y de ventas” reconoce Rosario Roser.
Cooperativa de trabajo, una alternativa de autoempleo
“Al juntarnos para formar una cooperativa buscábamos una forma de poder desarrollar una profesión y tener una estabilidad laboral con cierta flexibilidad. Al ser mujeres con hijos en edad escolar y con una edad difícil para que las empresas nos consideraran competitivas a nivel laboral, el emprendimiento en forma de cooperativa era la fórmula que más se nos adaptaba” explica Rosario Roser.
A partir de ahí, ser cooperativa de trabajo supone participar como socias de las decisiones de la empresa y, a la vez, realizar el trabajo del día a día en la tienda. “Las tres somos socias trabajadoras por igual y participamos en todas las partes del proceso de confección: toma de medidas, diseño, patronaje, pruebas y confección artesanal. El resto de tareas de la cooperativa las distribuyen entre las tres, como detalla Rosario, “aunque todas somos conocedoras y consensuamos cada decisión de forma democrática, nos distribuimos las tareas del negocio como la búsqueda y atención de proveedores; atención y asesoramiento al cliente; marketing, publicidad y difusión en redes sociales; así como las tareas contables y administrativas”.
Para ellas, emprender ha sido toda una experiencia llena de satisfacciones pero no exenta de dificultades. Según apunta Sonia, “todo comienzo es difícil, pero los miedos y las dudas quedan relegados a un segundo plano cuando lo haces con determinación, ganas e ilusión. El hecho de ser tu propia jefa, poder tener cierta flexibilidad, dedicarte a lo que realmente te gusta y, además, poder compartirlo todo con dos socias son aspectos muy positivos”.
Además, por el hecho de ser cooperativa, TRES AGULLES Coop V ha percibido ayudas de la Conselleria de Economía Sostenible para los gastos de constitución de la cooperativa y por la incorporación de una de las socias, y, por el uso del valenciano en su marca corporativa, otra ayuda del Ayuntamiento de Quart de Poblet. “Cualquier ayuda o apoyo económico que se reciba a la hora de contribuir a la iniciativa y el emprendimiento laboral es buena, pero realmente estas ayudas muchas veces llegan un poco tarde, ya que se reciben bastante a posteriori, no al inicio, cuando realmente sobreviene la mayoría de gastos y son más necesarias”, reprocha su presidenta.
Y en el debe, como en cualquier emprendimiento, también están “los trámites, el papeleo, la burocracia y aspectos que desconoces antes de emprender, así como los costes de todo ello, unido a la inversión que hay que realizar; lo que se junta con la responsabilidad e incertidumbre de saber si después de todo el esfuerzo económico, personal y laboral, el proyecto cuajará y saldrá adelante, y si tendrá la aceptación que deseamos por parte de los clientes”.
Desde luego, atendiendo a la evolución positiva de TRES AGULLES Coop V y a la confianza y fidelidad de una clientela cada día más numerosa, parece que la incertidumbre de los inicios se ha ido disipando y ahora sus socias se encuentran ilusionadas con las perspectivas de futuro del negocio, eso sí, sin despegar los pies del suelo, porque como bien dicen, “somos muy conscientes de que los primeros años de apertura de un negocio son los más difíciles, y requieren de una gran inversión de tiempo, esfuerzo y dinero, pero confiamos en nosotras y en nuestro trabajo para conseguir un futuro prometedor para Tres Agulles”.
Ana Real
Soy periodista y máster en comunicación radiofónica. Como responsable de Comunicación de la Federación Valenciana de Empresas Cooperativas de Trabajo Asociado (FEVECTA) me ocupo, entre otras cosas, de coordinar este Blog. El cooperativismo y las cooperativas necesitan un relato para explicarse, para dar a conocer a la sociedad que son otra manera de hacer empresa: más humana, responsable y conectada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y, precisamente, ese relato es el que intento construir en cada uno de mis artículos para llegar cada día a más personas.
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