08/05/2023 Emilio Sampedro
La hoja de ruta del cooperativismo para una nueva legislatura.
El próximo 28 de mayo se celebran elecciones autonómicas en 12 comunidades y todos los municipios de España renuevan a los representantes de sus Ayuntamientos. Sin duda, es un momento importante por su trascendencia. Quizá parezca un comentario manido, pero lo cierto es que el resultado que salga de las urnas decidirá las políticas que se aplicarán durante los siguientes cuatro años en aspectos fundamentales de la vida de las personas, ya que muchas competencias están transferidas y son gestionadas y/o ejecutadas desde las autonomías o los municipios.
Si echamos la vista atrás y hacemos balance de la evolución del cooperativismo en la última década, creo que podríamos decir que el cooperativismo goza hoy de un trato y reconocimiento político-institucional como nunca antes y a todos los niveles de las Administraciones Públicas: desde el ámbito local y autonómico, hasta el nacional e, incluso, Comunitario. El empujón definitivo se ha producido entre 2019 y 2023, la última legislatura, período en el que se han acumulado hitos verdaderamente significativos: por primera vez un ministerio del Gobierno de España ha llevado en su denominación al sector de la Economía Social con todo lo que ello supone a nivel de visibilidad, de participación institucional, de desarrollos legislativos; por primera vez, en diciembre de 2021, la Unión Europea aprobó un Plan de Acción Europeo de la Economía social destinado a apoyar el desarrollo de la economía social e impulsar su poder transformador —social y económico— y proponer e implementar una serie de acciones para el período 2021-2030; por primera vez en su historia la Asamblea General de la ONU, en su 66ª reunión plenaria celebrada el 18 de abril de 2023, aprobó su primera resolución sobre Economía Social y Solidaria; Por primera vez, países como España, Alemania, Francia o Portugal en sus relaciones bilaterales priorizan temas relacionados con la Economía Social; en 2022, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) adopta una Resolución y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) adopta una Recomendación para fomentar la economía social a nivel internacional en coordinación con los Gobiernos de sus países miembros… Podríamos seguir de más a menos, pero creo que es suficiente a modo de ejemplo.
En definitiva, parece innegable que se ha producido un punto de inflexión y me atrevería a decir que, se debe, por un lado, al intenso trabajo institucional y de interlocución realizado a todos los niveles por las entidades representativas del sector Cooperativo y de la Economía Social – desde CEPES, COCETA, CONCOVAL, FEVECTA y el resto de Federaciones y Uniones de cooperativas en sus diferentes ámbitos de representación-, actuando de manera conjunta y coordinada, y en segundo lugar, al ejemplo singular logrado por la resiliencia del cooperativismo frente a la grave crisis económica y social causada durante la pandemia.
La respuesta del cooperativismo a los retos planteados y la conexión directa de su modelo empresarial y de la práctica cooperativa con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de Naciones Unidas han formado un tándem innegable que, enfrentado al espejo de la guerra, la pandemia, la crisis climática y la brecha cada vez más grande entre ricos y pobres provocada por el sistema económico imperante, ha favorecido que el poder político, por vez primera, vea en esta forma de hacer empresa una vía, si no única, sí atractiva y valiosa no sólo para corregir —que también— los muchos desequilibrios acumulados a lo largo de las últimas décadas que parecen conducirnos, si seguimos igual, a las más diversas calamidades, sino para ofrecer fórmulas innovadoras a los retos sociales que se nos plantean y se nos van a plantear en las próximas décadas en ámbitos como el envejecimiento y la dependencia, la vivienda, la crisis energética, la sostenibilidad, la igualdad en el trabajo, etc. Claro está, es imprescindible encontrar alianzas con el poder político, que conozca las capacidades del cooperativismo y de la Economía Social y actúe en consecuencia para darle el lugar que le corresponde en ámbitos como el diálogo social, la educación o la economía. El cooperativismo debe recibir la atención que merece porque es la empresa sostenible por excelencia.
Conscientes de que ahora no podemos retroceder lo andado, durante las últimas semanas las entidades representativas del cooperativismo y la economía social están haciendo llegar a los diferentes grupos políticos las propuestas y aspiraciones del sector de cara a la próxima legislatura autonómica y municipal. Buscamos dar a conocer a la clase política española y valenciana qué necesita este sector empresarial para que el futuro de las personas sea más sostenible y equitativo. Gane el partido que gane en cada territorio, es necesario que gane el cooperativismo, que no es de ningún partido porque debe ser de todos.
FEVECTA ha presentado a las diferentes fuerzas políticas valencianas las propuestas del cooperativismo de trabajo para mejorar las condiciones de apoyo y estímulo al sector empresarial cooperativo de trabajo de la Comunitat Valenciana de cara a la próxima legislatura a través de tres ejes prioritarios:
Es importante elevar el conocimiento acerca de esta fórmula de autoempleo a través de la enseñanza reglada, de las llamadas `Aulas de Emprendimiento’ en los centros de FP y desde las Universidades, donde nuestra juventud se está formando antes de dar el paso al mercado laboral. Debemos contrarrestar las altas tasas de paro juvenil facilitando la incorporación de la juventud al cooperativismo (programas de salario joven cooperativo, espacios coworking, programas de relevo generacional…) como vía para crear nuevas oportunidades profesionales y laborales a través del autoempleo colectivo. Pero también es imprescindible divulgar sus ventajas y requisitos entre el personal de los servicios públicos dedicados a la intermediación del mercado laboral y ADL. Trasladar a la ciudadanía la idea de que las cooperativas de trabajo son una opción de emprendimiento con ventajas y muy válida en nuestros días, entre otras razones, porque es la forma de empresa con mayor índice de generación y mantenimiento de empleo estable y de promoción de la igualdad. Y aquellas que mejor han resistido la crisis provocada por la pandemia.
En cuanto a la consolidación y el despegue definitivo del sector, vendrán de la mano de su incorporación, de hecho y de derecho, al diálogo social. No queremos más puertas de atrás. Estamos preparados para asumir las responsabilidades que se derivan de la participación como agentes sociales y económicos para que el cooperativismo pueda desplegar todo su potencial. No somos empresarios ni trabajadores, nuestras empresas tienen un modelo singular que no encuentra encaje en el modelo actual de representación. Por eso hay tantas leyes que nos olvidan, que no contemplan a nuestras personas socias y trabajadoras. Y acabamos perdidos en el limbo de las interpretaciones, de la inseguridad jurídica.
Y, por último, necesitamos una administración moderna, ágil y dotada de los recursos suficientes. A pesar de haberse incrementado el presupuesto en la última legislatura, la infrafinanciación que se arrastra de muchos años ha desembocado en parálisis, tensiones y trabas. Nuestras empresas necesitan una administración eficiente que no entorpezca ni frene el correcto devenir de la actividad económica del tejido productivo del cooperativismo y la economía social, que en España se equipara al Turismo en cuanto a su aportación al PIB.
Queremos que todas las fuerzas políticas conozcan las propuestas del cooperativismo acerca de cuál debería ser la hoja de ruta de cara a la próxima legislatura para que la acción de gobierno y el desarrollo de las políticas públicas de la nueva legislatura se alineen con las verdaderas necesidades del sector para elevar su impacto positivo en la sociedad y en la economía de cada territorio.
Emilio Sampedro
Soy Emilio Sampedro, presidente de la Federación, socio de la cooperativa Sampedro Y Torres, y socio del grupo Impulso Cooperativo, dedicado al asesoramiento de empresas, especialmente cooperativas. Me gustaría aportar a través de este blog la experiencia adquirida en el asesoramiento de emprendedores y cooperativas para ayudar a otras cooperativas o emprendedores futuros socios de cooperativas. Los mucho años trabajando con cooperativas de todas clases y de muy diversas actividades hacen que sea conocedor de primera mano del funcionamiento y los problemas cotidianos a los que nos enfrentamos las cooperativas día a día y podamos buscar soluciones a cualquier situación.
Cimentando la realidad.
No creo que ningún partido, NINGUNO, tome el cooperativismo como se merece. Por mi experiencia en mi ex-centro (cooperativa de maestros, Colegio Santa Cruz, Coop. Vcna), la eliminación de unidades concertadas a pesar de la larga y dilatada acción social que se ha desarrollado no ha servido para mantenerlas. Siendo un centro que, aunque, concertado no se rige por los objetivos de un centro concertado tipo. Nuestros objetivos por fuerza no pueden ser los mismos: cooperativa, labor social, etc. Aunque resulte paradójico, la actual Conselleria de Educación no nos ha beneficiado a pesar de la diferenciación existente con otros centros concertados. Igual que las ayudas a las PYMES y cooperativas, a mi modo de parecer, no son suficientes. Yo de momento y hasta que no lo compruebe totalmente no sé hasta que punto nos vamos a beneficiar de la agenda 2030 y no solo a nivel de economía social sino de otros muchos objetivos que no veo nada claros.
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