05/12/2012 Pepe Albors
Douglas McGregor, en su obra El lado humano de las organizaciones (1960), describe dos formas de pensamiento en los directivos a las que denominó "Teoría X" y "Teoría Y". Son dos teorías contrapuestas de dirección:
La teoría X presupone que el trabajador/a es pesimista, estático, rígido y con aversión innata al trabajo, evitándolo si es posible. El directivo piensa que, por término medio, los trabajadores son poco ambiciosos, buscan la seguridad, prefieren evitar responsabilidades y necesitan ser dirigidos. Y considera que para alcanzar los objetivos de la empresa, él debe presionar, controlar, dirigir, amenazar con castigos y recompensar económicamente. ¿Mouriño?
La teoría Y, por el contrario, se caracteriza por considerar al trabajador/a como el activo más importante de la empresa. A los trabajadores se les considera personas optimistas, dinámicas y flexibles. El directivo piensa que, por término medio, los trabajadores ejercen autodirección y autocontrol al servicio de objetivos con los que se sienten comprometidos. Las personas aprenden a aceptar y a buscar responsabilidades, son maduras y responsables y ponen su creatividad en la solución de problemas. ¿Guardiola?
Está claro que en las cooperativas todos son de la teoría Y, aunque muchas veces, dirigentes de cooperativas me dicen “yo confío en mis socio, pero…”
Ese pero oculta una forma de pensar en la que posiblemente se esté más de acuerdo con la teoría X que con la Y.
Pensando sobre este tema me vinieron al pensamiento dos historias que, de alguna manera, pueden estar relacionadas con estas teorías.
Historia parking
Francisco era dueño de su propio negocio y, durante los últimos meses, había detectado problemas continuos de puntualidad entre sus empleados.
Ante la imposibilidad de cambiar la situación, contactó con un asesor externo.
La empresa tenía un amplio parking propio, ya que en la zona existían muchos problemas para encontrar aparcamiento por la mañana.
El asesor, sin llegar a hablar con los empleados, le dijo que eso tenía fácil solución y se puso a trabajar en ello. La puntualidad empeoró durante los primeros tres días, aunque de forma casi milagrosa experimentó una mejora notable en las jornadas siguientes, hasta resolverse totalmente.
El parking contaba con 20 plazas para 15 empleados. Ahora se habían puesto unas vallas y se habían reducido a 10 plazas.
Con el cambio, los trabajadores se daban prisa para asegurarse una plaza, porque de no lograrlo tendrían que buscar sitio por la zona. Por eso ahora llegaban pronto para no quedarse sin plaza.
Historia de un ingeniero Argentino que trabaja en la Volvo
La primera vez que fui para Suecia, en 1990, uno de mis colegas suecos me recogía del hotel todas las mañanas. Estábamos en el mes de septiembre, con algo de frío y nevisca.
Llegábamos temprano a la Volvo y él estacionaba el coche muy lejos de la puerta de entrada (son 2.000 empleados que van en coche a la empresa). El primer día no hice comentario alguno, tampoco el segundo, o el tercero.
En los días siguientes, ya con un poco más de confianza, una mañana le pregunté a mi colega: "¿Tienen ustedes lugar fijo para estacionar aquí?, pues he notado que llegamos temprano, con el estacionamiento vacío y deja el coche al final de todo...".
Y él me respondió simplemente: "Es que como llegamos temprano tenemos tiempo para caminar, y quien llega más tarde, ya va a llegar con retraso y es mejor que encuentre lugar más cerca de la puerta. ¿No le parece?" Imaginen la cara que puse.
En el día a día, en nuestras cooperativas los socios/as toman decisiones que están influenciadas por su forma de pensar y esta forma de pensar responde en esencia a si nuestro objetivo es satisfacer necesidades individuales por encima del bienestar del grupo, o por el contrario pensamos en el bien común y de paso satisfacemos nuestras necesidades individuales.
En este sentido la naturaleza, que dicen que es muy sabia, ha demostrado que, a corto plazo, “ganan” los depredadores, pero que a largo plazo “ganan” los cooperadores.
¿Tú qué tipo de socio eres?
Pepe Albors
Hola! Soy Pepe Albors y quiero ayudarte a entender mejor la empresa cooperativa. Creo en la democracia económica, y la cooperativa es el mejor modelo de empresa para llevarla a cabo. No es fácil gestionar y trabajar en cooperativa, la igualdad, la participación democrática, la cooperación, no son fáciles de gestionar. Cuento con una experiencia de 37 años en el mundo cooperativo y os puedo ayudar a que el proceso de conducir un proyecto cooperativo sea más llevadero.
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