26/05/2025 Pepe Albors
Lograr el equilibrio entre derechos individuales y colectivos en una organización democrática
En este post voy a reflexionar sobre uno de los debates más profundos en filosofía política, economía y sociología: el equilibrio entre derechos individuales y derechos colectivos, y cómo estos se manifiestan en el cooperativismo.
El conflicto histórico entre libertad e igualdad es uno de los ejes centrales del pensamiento político y filosófico desde la Ilustración hasta nuestros días. Desde el siglo XVIII, con la Revolución Francesa y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789), se consagraron dos ideales fundamentales: la libertad individual y la igualdad ante la ley. Sin embargo, pronto se evidenció que estos principios podían entrar en tensión:
Filósofos y pensadores han debatido sobre cómo equilibrar estos dos valores. En la actualidad, sintetizando mucho y dominados por una corriente neoliberal y populista podríamos decir que:
Este conflicto no tiene una solución definitiva, sino que se manifiesta en decisiones políticas concretas:
La pregunta que me formulo es, ¿puede existir un Punto de Equilibrio entre Interés Individual vs. Interés General?
La respuesta para mí sería que:
El Cooperativismo como Modelo de Equilibrio
En una cooperativa, las personas socias son propietarias y trabajadoras al mismo tiempo. Se toman decisiones democráticamente, lo que implica una renuncia parcial al interés individual en favor del colectivo. Pero también se garantiza la voz y voto de cada persona, lo que protege sus derechos asertivos.
La paradoja de los erizos: calor colectivo sin heridas individuales
El dilema del erizo es una parábola escrita por el filósofo alemán Arthur Schopenhauer en 1851, incluida en su obra "Parerga und Paralipomena". Esta parábola describe una escena en la que un grupo de erizos, enfrentados a un día extremadamente frío, sienten una necesidad imperiosa de calor. Para satisfacer esta necesidad, los erizos buscan la proximidad física unos con otros. Sin embargo, cuanto más se acercan, más dolor se causan entre sí debido a las púas de sus cuerpos. A pesar de esto, el alejarse también trae consigo la sensación de frío, lo que los obliga a ajustar continuamente la distancia entre ellos hasta encontrar una separación óptima, donde el calor compartido compense el dolor que se causan.
Una de las enseñanzas que esta parábola pretende transmitir es que cuanto más cercana es la relación entre un grupo de personas, mayor es la posibilidad de que se hieran mutuamente. No obstante, si la relación, en contra, es demasiado distante, la consecuencia es la soledad y el vacío emocional. Schopenhauer utiliza esta metáfora para ilustrar la complejidad de las relaciones humanas, donde es necesario un equilibrio entre la intimidad y la distancia para evitar el sufrimiento tanto del contacto excesivo como de la soledad.
Para mí, uno de los retos fundamentales que tienen las cooperativas, es encontrar ese punto de equilibrio entre los intereses individuales de las personas socias y los intereses generales de la cooperativa. En las cooperativas esta distancia óptima se construye y se regula a través de:
Así como los erizos aprenden a convivir sin dañarse, las personas en una cooperativa deben aprender a equilibrar sus derechos y deberes, sus intereses personales y los del grupo. En este sentido es fundamental aplicar el 5º principio cooperativo: Educación Y Formación. Una recomendación que hago en los cursos de formación que imparto a Consejos Rectores de cooperativas es que se debe trabajar en proteger:
LOS DERECHOS ASERTIVOS DE LA PERSONA
Como decía, en los cursos de formación que imparto, utilizo esta lista que tomé hace tiempo de M. RODRÍGUEZ Y M. SARRALDE (McGRAW HILL, 1991) donde se enuncian los doce derechos inviolables que toda persona debe preservar y que constituyen un breve recordatorio de comportamiento asertivo:
1. CADA PERSONA SOCIA TIENE DERECHO A SER SU PROPIO JUEZ.
2. TENEMOS DERECHO A NO DAR RAZONES O EXCUSAS PARA JUSTIFICAR NUESTROS COMPORTAMIENTOS.
3. TENEMOS DERECHO A DEFINIR NUESTRA PROPIA RESPONSABILIDAD EN LOS PROBLEMAS AJENOS.
4. TENEMOS DERECHO A CAMBIAR DE PARECER.
5. TENEMOS DERECHO A COMETER ERRORES Y A SER RESPONSABLES DE ELLOS.
6. TENEMOS DERECHO A DECIR "NO LO SÉ".
7. TENEMOS DERECHO A ACTUAR SIN LA APROBACIÓNDE LOS DEMÁS.
8. TENEMOS DERECHO A TOMAR DECISIONES AJENAS A LA LÓGICA.
9. TENEMOS DERECHO A DECIR "NO LO ENTIENDO”.
10. TENEMOS DERECHO A DECIR "NO ME IMPORTA".
11. TENEMOS DERECHO A REHUSAR PETICIONES SIN SENTIRNOS CULPABLES O EGOÍSTAS.
12. TENEMOS DERECHO A SER FELICES.
Creo que es importante que en la cooperativa hablemos de estas cosas y reconozcamos estos derechos individuales para que las personas socias desarrollen su capacidad asertiva.
Pero también es evidente que las cooperativas son proyectos colectivos, y en este sentido debemos tener siempre presente el interés general del grupo para explicar la importancia de la cooperación y el trabajo en grupo. En los cursos que imparto, me apoyo desde hace tiempo en esta frase: “Una vela no pierde su luz por compartirla con otra”, atribuida a la película La lista de Schindler (1993), que para mí es un contrapunto poderoso a la idea de que compartir implica pérdida, pero que cooperar no es renunciar, sino multiplicar. Cada persona tiene talentos, ideas, energía. Compartirlos no los disminuye, sino que puede iluminar a otros y fortalecer el colectivo.
En la paradoja de los erizos hablaba de la necesidad de regular la cercanía para evitar el daño, sin embargo, esta frase habla de la generosidad sin pérdida, del acto de dar sin empobrecerse. En una cooperativa, compartir conocimientos, tiempo o recursos, no debilita al individuo, sino que fortalece al grupo y, por ende, a cada uno de sus miembros.
Conclusión: Hacia una sociedad cooperativa
Este año 2025 estamos celebramos el Año Internacional de las Cooperativas, con el lema “Las cooperativas construyen un mundo mejor”, y es un buen momento para reflexionar sobre estos temas.
Para mí, el cooperativismo no es solo una forma de organización económica, sino una filosofía de vida que busca armonizar libertad e igualdad. El equilibrio no es estático, sino dinámico y contextual. La clave está en reconocer que mi bienestar está ligado al bienestar de los demás.
Las cooperativas surgieron para poner en el centro a la persona, de forma y manera que sea el capital quien se ponga a su servicio y sea el trabajo el que se adapte a las personas. De ahí nacieron nuestros valores y principios cooperativos. Al fin y a la postre, el cooperativismo no es más que un instrumento al servicio de las personas. Dicho con otras palabras, como diría Rajoy, ja, ja, las personas somos la clave.
Desde las cooperativas, desde las organizaciones representativas, debemos mirarnos hacia adentro y observar si el cooperativismo está siendo capaz de transformar el mundo a través del desarrollo integral de las personas.
Creer en la fórmula cooperativa, hacer propios los valores y principios cooperativos, y vivir de forma coherente a los mismos, debe reflejarse en la sociedad a través de cada persona física o jurídica que forma parte del movimiento cooperativo.
Feliz Año Internacional del Cooperativismo.
Pepe Albors
Hola! Soy Pepe Albors y quiero ayudarte a entender mejor la empresa cooperativa. Creo en la democracia económica, y la cooperativa es el mejor modelo de empresa para llevarla a cabo. No es fácil gestionar y trabajar en cooperativa, la igualdad, la participación democrática, la cooperación, no son fáciles de gestionar. Cuento con una experiencia de 37 años en el mundo cooperativo y os puedo ayudar a que el proceso de conducir un proyecto cooperativo sea más llevadero.
Me encanta el "derecho asertivo", un concepto muy top. Por cierto Pepe eres una mezcla del Oráculo de Delfos y el sabio de Hortaleza. Crack.
Estimado Pepe, como siempre tus reflexiones son muy oportunas y me estimulan. Yo quisiera incidir en tu idea de vivir plenamente el cooperativismo en todos los ámbitos de nuestra vida, para hacer entre todos un mundo mejor, en Libertad, Igualdad y Fraternidad. Estoy convencido de que el Cooperativismo nos ayuda a superar el individualismo en su acepción egoísta. Somos individuos únicos que viajamos por el mundo. Nos relacionamos a menudo con los demás sin aspirar a superar nuestra unicidad por falta de alicientes trascendentales. En este sentido, me viene a la memoria una parábola que bien podría explicar la necesidad del hombre de superar su limitación individual para alcanzar una dimensión personal superior: Un día de lluvia, dos gotas de agua se encuentran sobre un puente. Una de ellas se apresura en deslizarse para alcanzar el río. La otra la observa y sorprendida le pregunta: ¿Qué prisa tienes en caer al río, no sabes que una vez allá dejarás de ser? La otra le responde: Es verdad, dejaré de ser una simple gota, pero pasaré a formar parte de algo grandioso: un océano. ¡Provechoso y grandioso Año Internacional del COOPERATIVISMO!
Muy buen artículo, Pepe. Encaja a la perfección en una sociedad cada vez más individualista, donde se exige compromiso ajeno con lo colectivo, pero cuesta asumir sacrificios propios si implican ceder parte de nuestros derechos individuales. Como escribía Albert Schweitzer, el ejemplo no es lo principal para influir en los demás, es lo único, y las cooperativas pueden ser ese ejemplo práctico de armonía entre libertad y solidaridad. Gracias por recordarlo con tanta claridad.
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