¿Es posible tomar buenas decisiones a priori? La respuesta es Sí y en este post te voy a descubrir los secretos para tomar decisiones que se convertirán en buenas decisiones

Aunque, antes de nada, déjame decirte que las decisiones no son ni buenas ni malas; las hacemos buenas o malas cuando las implementamos y desarrollamos.

Seguro que todos conocemos decisiones que en su momento parecían buenas y con el tiempo han devenido como equivocadas, y, al contrario, decisiones que en su momento parecieron malas y han acabado siendo buenas.

Pero a lo que íbamos, ¿podemos tomar buenas decisiones a priori y que estas acaben siendo buenas decisiones?
Como decía, la respuesta es Sí, y en este caso solo hay tres posibilidades:

   1- Que seas un cuñado.
   2- Que seas el capitán a posteriori.
   3- Que sea una decisión de un equipo complementario.

Las dos primeras opciones al parecer no han acabado de funcionar y no han evitado la crisis del coronavirus, pero estas personas insisten en que, si se hubiese hecho lo que ellos decían, las cosas no hubiesen pasado de esa manera (probablemente peor).

Os quería hablar en este post de una fórmula/método contrastado de tomar buenas decisiones, y voy a tratar de explicároslo.

¿Recordáis la película y obra de teatro “12 hombres sin piedad”, en la que los miembros de un jurado tienen que decidir si el acusado es culpable o inocente de un asesinato? Al principio, todos menos el personaje que encarna Henry Fonda, deciden que es culpable, pero como se exige unanimidad en la decisión, se tiene que debatir hasta llegar a ésta.

Poco a poco, el personaje que interpreta Henry Fonda (esto es un spoiler, deja de leer si quieres ver la película) va convenciendo uno a uno a cada miembro del jurado y logra dar un cambio radical hasta que, al final, todos votan “No culpable”.

En esta película se dan algunas de las claves para tomar buenas decisiones. Pero, primero hay que plantearse qué es UNA BUENA DECISIÓN. Para mí, una BUENA DECISIÓN es aquella que logra los resultados previstos, es decir, que es EFICAZ, y que lo hace utilizando los recursos de forma adecuada, es decir, que es EFICIENTE. Además, esta solución ha de funcionar aquí y ahora, es decir, en el CORTO PLAZO, y mañana y el año que viene, es decir, en el LARGO PLAZO.

Así pues, convenimos que una buena decisión es aquella que es eficaz y eficiente en el corto y en el largo plazo.

Me gusta recordar la frase: “Una persona no puede ser perfecta, pero un equipo sí puede serlo”. Aquí tenemos una primera clave: LAS BUENAS DECISIONES SE TOMAN POR EQUIPOS. La decisión del equipo siempre, o casi siempre, es mejor que la decisión individual (hay muchos ejercicios que lo demuestran: Ejercicio NASA, ejercicio de Supervivencia en el desierto, etc.).

Una persona sola no puede reunir todas las características necesarias para llevar adelante un proyecto empresarial. Además, algunas de estas características son incompatibles en una misma persona. En ocasiones se necesita ser una cosa y la contraria al mismo tiempo. Un equipo sí puede llegar a combinar todas las cualidades necesarias para una buena gestión; una sola persona es imposible.

En la empresa y los negocios hay muchas funciones que es necesario desarrollar al máximo nivel: la producción, la administración, la comercialización, la gestión de personas, la gobernanza, etc. Nadie es capaz de hacer todas estas funciones a un nivel óptimo, pero un equipo sí puede hacerlo.

Bien, pues ya tenemos clara la primera premisa, que la decisión de equipo es mejor que la decisión individual.

Una segunda clave para tomar buenas decisiones es tomarlas por personas que forman parte de un EQUIPO DIVERSO Y COMPLEMENTARIO, ya que si formamos un equipo donde todas las personas somos iguales, en el fondo es como si solo fuésemos una sola persona, ya que si somos iguales y opinamos igual, todos veremos las cosas de la misma forma y la realidad y el mercado son poliédricos. En cambio, si observamos la realidad desde distintos ángulos y enfoques, tendremos más posibilidades de hacer un mejor diagnóstico a la hora de tomar decisiones correctas.

Como observamos en las ilustraciones, se ve claro la importancia de observar la realidad desde distintos enfoques y ángulos para lograr una visión más integral de la misma.

Cuando hablamos de Equipos Diversos, estamos hablando de equipos compuestos por hombres y mujeres, personas veteranas y personas jóvenes, personas de culturas diferentes, etc. La vida es diversidad y para entenderla y tomar buenas decisiones exige diversidad en los equipos.

Un dato: la empresa líder mundial de gestión del conocimiento es la Universidad de Harvard, y los analistas coinciden en que esto se debe a que allí trabajan personas de 169 nacionalidades distintas. Toda esta riqueza de diversidad al servicio de un proyecto es brutal.

Así pues, si queremos tomar buenas decisiones, tendremos que formar en nuestras cooperativas equipos de trabajo y consejos rectores que integren la máxima diversidad.

Pepe… ¿y cómo logramos hacer una buena selección de personas para integrarlas en nuestra cooperativa y tener una mayor diversidad? Pues bien, os traigo una herramienta que os puede ayudar a conseguir un equipo complementario.

El Test del equipo diverso y complementario

Este test nos hace tomar conciencia de que “Nadie es perfecto, pero un equipo sí puede llegar a serlo”, por eso es importante saber cómo somos dentro de un equipo de trabajo, cuáles son nuestras fortalezas y debilidades y qué características nos faltarían para crear un verdadero grupo sinergético de alto rendimiento.

El “Test del equipo diverso y complementario” te dará las claves para conocer qué factores de la personalidad predominan más o menos en cada uno de los miembros del grupo y determinar si se trata de un equipo complementario o si es necesario incorporar alguna otra persona que aporte alguno de los factores que resulta deficitario en el grupo.

No te preocupes, el resultado de la prueba es siempre bueno y te dará información sobre tus aptitudes y actitudes como persona dentro de un grupo o equipo de trabajo.

¿Qué nos indica el test?

Cuatro son los factores necesarios para favorecer un buen trabajo en equipo y lograr el éxito empresarial tanto a corto como a largo plazo. Dichos factores los encontramos en mayor o menor medida en todas las personas: el productor, el administrador, el emprendedor y el integrador. No obstante, es conveniente que los cuatro se distribuyan de una manera equilibrada entre todos los miembros para conseguir un equipo que se complemente de manera adecuada.

Cabe decir que nadie puede tener las cuatro características enunciadas de manera esencial, sino que lo habitual es poseer una o dos más destacadas y otras dos secundarias o menos remarcadas, de manera que siempre prevalece en cada persona un perfil sobre los otros dos o tres.

Los cuatro rasgos son igualmente importantes y son necesarios en una empresa cooperativa, cobrando un mayor o menor protagonismo según el momento, las necesidades o los retos a los que haya de hacer frente la organización.

Si nuestro equipo de trabajo o empresa cuenta con los cuatro estilos al máximo nivel, a priori nos indicará que seremos capaces de tomar y ejecutar decisiones de calidad.

ATRÉVETE A REALIZAR EL TEST Y COMPÁRTELO CON LA PLANTILLA DE TU COOPERATIVA