Reflexiones

Cooperativas de trabajo, entornos adecuados para el desarrollo profesional de la mujer

26/03/2018 Equipo Técnico COCETA

Su cultura de empresa hace de la igualdad de oportunidades, el respeto a la diversidad, la búsqueda del equilibrio y el fomento de las relaciones humanas entre los trabajadores y trabajadoras valores básicos de su funcionamiento como empresa

cooperativa mujer

“Las cooperativas tienen una larga historia de contribución a la igualdad, así como al empoderamiento social y económico”  1

Las cooperativas son un ejemplo de democracia organizacional o democracia en el trabajo (Mathews, 1999) y representan el modelo ideal de las empresas participadas por parte de sus trabajadores y trabajadoras (Oakeshott, 2000).

La Cooperativa de Trabajo contribuye más a la igualdad de género que cualquier otro tipo de empresa


Las cooperativas pueden captar y dotar de autonomía a personas e identidades muy diversas, y pueden aprovechar una gama amplia de ideas y talentos con los cuales solucionar desigualdades sociales y económicas sumamente arraigadas. Este modo de actuación constituye una de las bases por las que este modelo empresarial propicia la autonomía de la mujer y genera su eficacia en tanto que organizaciones económicas y sociales.


La democracia en el trabajo lleva implícita la idea de la igualdad. Es decir, la democracia conlleva un mismo derecho a participar para todas las personas implicadas en la decisión a adoptar o en las consecuencias de dicha decisión. Asimismo, la democracia en el trabajo implica reparto de poder y que todas las personas que en ella participan tengan los mismos derechos y obligaciones.


Desde una perspectiva histórica las mujeres han participado en el movimiento cooperativo desde sus inicios, tanto en su creación como en el desarrollo del cooperativismo moderno. Ya desde 1883 las mujeres inglesas contaban con una agrupación de mujeres cooperativistas (Gómez, 1998) y apoyaron la creación de la Alianza Cooperativa Internacional (ICA-ACI) en 1895.


La Alianza Cooperativa Internacional aporta dos razones por las que las cooperativas deben fomentar la igualdad de género (ACI, 2000). Por un lado, las razones morales y éticas basadas en los derechos humanos básicos de hombres y mujeres; por otro lado, la promoción de un crecimiento económico basado en la total utilización de los recursos humanos. Se debe partir de la idea de que la igualdad de género es favorable para los negocios, y, por lo tanto, añade valor a sus miembros y a la comunidad en la que opera2.


Es innegable que las mujeres han realizado una aportación diferencial al movimiento cooperativo. Igualmente, las cooperativas han ayudado a mejorar la desfavorable situación de muchas mujeres.


El cooperativismo ha representado una aportación a la situación de las mujeres, principalmente, en estas tres vertientes:

 

  • Creación de empleo: las cooperativas han sido consideradas como un instrumento idóneo para la creación de nuevas empresas, así como una vía para sacar de la economía sumergida a sectores que en muchas ocasiones están copados por mujeres (ICA-ACI, 2006; WAGES, 2010). Muchas mujeres han considerado que la creación de una cooperativa les da la oportunidad de ser propietarias y líderes de una empresa, algo que consideran más complicado en las empresas convencionales. Se ha comprobado que las empresas de economía social ayudan a la corrección de desequilibrios del mercado de trabajo (corrección del paro y la inestabilidad del empleo), son más propicias a realizar cambios en los salarios en vez de en el empleo cuando varían las condiciones económicas de su contexto (Craig y Pencavel, 1992) y fomentan la distribución más igualitaria de renta y riqueza, el desarrollo económico endógeno, la autonomía de los territorios, la oferta de servicios de bienestar social, la estabilización económica y el desarrollo sostenible (Ribas, 2005).
  • Condiciones de trabajo: las cooperativas ayudan a mejorar las condiciones de trabajo de las personas socias. De esta manera, las mujeres tienen posibilidad de aumentar el control sobre su trabajo (Pestoff, 2000), tienen un mejor clima psicosocial (H?ckertin y H?renstam, 2006) y, en muchas ocasiones, favorecen la conciliación de la vida familiar y laboral.
  • Participación en la gestión: un sistema de gestión participativa puede favorecer el rol de la mujer en la empresa, si se incorporan los puntos de vista, valores, inquietudes y necesidades de la parte femenina a las decisiones adoptadas por unos equipos de dirección fundamentalmente masculinos (COCETA, Dpto. de la Mujer, 2004). Asimismo, se ha comprobado que las fórmulas jurídicas de economía social han servido a las mujeres para acceder y promocionarse a puestos de mayor responsabilidad (Junta de Andalucía y CEPES-Andalucía, 2011).


Hay dos características que definen al movimiento cooperativo como determinante en la consecución de sus logros en materia de igualdad de género:


a) el hecho de que la propiedad y el control de las cooperativas recaiga sobre los socios y las socias y,
b) que se rijan por valores y principios que promueven la democracia, la educación, el interés por la comunidad, etc.

Ventajas de las Cooperativas de Trabajo para promover la Igualdad de Género:

 

1.- Las Cooperativas de Trabajo, en base a la democracia económica y organizativa, posibilitan que sean las personas que las forman las que las controlen, fundamentado en el Principio “una persona, un voto”, posibilitando que las oportunidades de promoción y acceso a puestos de mando sean las mismas para hombres y mujeres.
2.- Las Cooperativas de Trabajo se basan en las personas y no en el capital, valorando el trabajo aportado bajo el principio de “a igual trabajo a igual salario”, resultando prácticamente inexistente la brecha salarial.
3.- Las Cooperativas de Trabajo ofrecen a las mujeres, sobre todo, a las de las zonas rurales, a las que trabajan en la economía informal y que tienen bajos ingresos, importantes oportunidades de empleo, mejores medios de vida y acceso a recursos productivos y a servicios.
4.- Las Cooperativas de Trabajo, por su estructura y mecanismos de participación pueden mejorar situaciones sociales y económicas que, actualmente, desfavorecen a las mujeres.
5.- Las Cooperativas de Trabajo, como empresas, necesitan que las personas que las forman tengan amplios conocimientos no sólo de su puesto de trabajo sino también de la organización y gestión empresarial, por ello, favorecen el acceso a la formación sin discriminación alguna entre hombres y mujeres.
6.- Las Cooperativas de Trabajo por sus valores promueven la “igualdad de oportunidades”, que toda persona cooperativista debe tener en cualquier ámbito, sea este social, cultural o político.
7.- Las Cooperativas de Trabajo permiten conciliar las actividades laborales, familiares y personales en corresponsabilidad de tiempo y esfuerzo, no sólo de igualdad.
8.- Las Cooperativas de Trabajo cuando promueven y realizan políticas de igualdad de género, están desarrollando la Responsabilidad Social Empresarial.
9.- Las Cooperativas de Trabajo junto con los demás modelos cooperativos promueven la construcción de un mundo mejor a través de la igual participación de las mujeres y los hombres.
10.- Las Cooperativas de Trabajo tienen la potencia de la autogestión del uso del tiempo, ofreciendo más posibilidades de transformar la realidad de los hombres y mujeres que las forman.

 

COCETA (2004: 60) 3  afirma que las cooperativas de trabajo asociado «constituyen entornos adecuados para el desarrollo profesional de la mujer, no tanto por la adopción de medidas puntuales a favor de la mujer trabajadora, sino por el desarrollo a través del tiempo de una cultura de empresa que hace de la igualdad de oportunidades, el respeto a la diversidad, la búsqueda del equilibrio y el fomento de las relaciones humanas entre los trabajadores y trabajadoras valores básicos de su funcionamiento como empresa».

Datos para una realidad 4

 

  • Mujeres en las Cooperativas de Trabajo 49%
  • Puestos de dirección ocupados por Mujeres 39%
  • % de Mujeres que se sienten conciliadas en Cooperativas 86%
  • Σ de edad de las Mujeres en Cooperativas de Trabajo 42 años
  • % de Mujeres en Cooperativas de Trabajo Sin brecha salarial 93,8%


Conclusiones 5


A través de la Cooperativa de Trabajo:

  • Desaparece la Brecha-Salarial,
  • Existe Conciliación Personal y Laboral,
  • Se accede a la Formación para la mujer, en las mismas condiciones que para el hombre.
  • Avanza la Democracia Social, a través de la propia democracia económica.
  • Se participa en la Gestión Empresarial lo que redunda en una flexibilidad que se hace ostensible tanto en las negociaciones salariales, de horarios, permisos, organización del trabajo, en definitiva, en el “diálogo social”.
  • Se potencia el liderazgo en la Mujer, empoderándola.
  • Se genera Empleo de carácter indefinido.
  • Se fortalece el potencial EMPRENDEDOR de la MUJER.

 

El potencial de las Cooperativas de Trabajo en la consecución de la igualdad de oportunidades no está en acciones concretas, sino en sus valores básicos y en las estructuras organizativas, es decir, en los propios fundamentos de la cooperativa.

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