En este articulo se aborda la figura del socio polizón o lo que se conoce como el efecto Ringelmann, según el cual el rendimiento del grupo tiende a disminuir a medida que crece el tamaño del mismo, por lo que la productividad del grupo es menor que la suma de las partes.

En artículos anteriores os he hablado de las distintas tipologías de socios que he encontrado en las cooperativas:

- El socio tóxico
- El socio funcionario
- El socio esqueroso
- El socio mercenario

Pues bien, hoy os voy a hablar del socio polizón o lo que se conoce como el efecto Ringelmann, en alusión al ingeniero francés del siglo XIX que estudió el comportamiento de las personas dentro de los equipos de trabajo. En esencia, su teoría dice que el rendimiento del grupo tiende a disminuir a medida que crece el tamaño del mismo. Es decir, que la productividad del grupo decrece y el todo es menor que la suma de las partes.

Este ingeniero hizo un experimento muy simple, consistente en dos equipos que tiran de una cuerda, y comprobó que a medida que aumentaba el número de participantes, el esfuerzo de cada miembro del equipo disminuía progresivamente.

De hecho, los resultados obtenidos fueron bastante esclarecedores, llegando a cuantificar de una forma bastante exacta la caída en el rendimiento del grupo. Cuando tiraban de la cuerda uno contra uno el esfuerzo era del 100%, cuando el esfuerzo era por parejas disminuía hasta el 93%. Para tres personas se quedaba en el 85% y así hasta llegar a un equipo de 8 miembros donde el esfuerzo quedaba en un 50%.

Este experimento demuestra que en un equipo de trabajo el rendimiento tiende a disminuir cuando crece en número de miembros. La pregunta que se plantea es obvia: ¿Por qué se produce esta disminución de rendimiento del grupo?
 

1   La coordinación de un equipo es más dificultosa a medida que aumentan sus miembros.

2   Cuando las tareas son repetitivas, el nivel de motivación disminuye.

3  Cuando las personas trabajamos en grupo, la responsabilidad disminuye a nivel individual. Las personas no nos hacemos responsables directos del resultado, ya que no se puede evaluar fácilmente la aportación de cada uno de sus integrantes. En estas situaciones es fácil que surja el "escaqueo".

Este comportamiento es fácil de observar en los deportes de equipo y especialmente en el ciclismo.

El efecto polizón a bordo

En el ciclismo es habitual que, cuando hay un grupo de ciclistas escapados del pelotón, la única forma de no ser absorbidos de nuevo por el conjunto y poder jugarse la victoria de la etapa entre unos pocos corredores es COLABORAR en la escapada. Y esta colaboración consiste en organizarse y coordinarse para hacer unos buenos relevos, y en ser solidarios en los esfuerzos.

No obstante, en muchas ocasiones, siempre hay alguien que se cree más listo y trata de aprovecharse del trabajo de los demás, dando relevos más cortos o menos intensos con el objetivo de reservar fuerzas para un hipotético sprint final del pequeño grupo. Si los demás miembros del grupo observan este comportamiento, automáticamente dejan de tirar o intentan la aventura en solitario para que nadie se aproveche de su esfuerzo. Como resultado, en la mayoría de las ocasiones el pelotón acaba engullendo al grupo de escapados. Es decir, el comportamiento insolidario de uno del grupo hace que los demás prefieran ser absorbidos a que otros se provechen de su trabajo. Como diría Mariano Rajoy: “Una cosa es ser solidario y otra serlo a cambio de nada”.

Pues bien, en la cooperativa hay una máxima: La cooperativa es de todos, pero no es de nadie. Esto hace que si los socios de la cooperativa diluyen su responsabilidad individual dentro del grupo, el rendimiento individual de cada uno de sus miembros disminuya. En estos casos es fácil oír expresiones como “aquí o todo el mundo pone el máximo o yo no hago el primo”, “aquí para trabajar para otros, ya tenía yo un jefe antes”, “o venimos todos o yo no vengo”, “que el Consejo Rector apechugue y tome las riendas que para eso está”, “Aquí muchos jefes pero pocos indios”.

Son expresiones que denotan un comportamiento de “Polizón a bordo”, es decir, nadie está dispuesto a poner un gramo de esfuerzo más si no percibe que los demás ponen como mínimo lo mismo que él o ella cree que aporta al proyecto. Esta actitud, al final, es una carrera a ver quién pone menos, lo que hace que la cooperativa caiga en un descenso de su productividad.

Cómo combatirlo

A raíz de observar el problema que supone el efecto Ringelmann, se han dado varias soluciones para superarlo: Las cooperativas hemos de tener claro que estamos en un proyecto social /empresarial, somos los socios propietarios y trabajadores de una empresa. En este sentido, debemos trabajar los dos ámbitos: el empresarial y el social.

En el plano social

- Yo recomiendo que todas las personas socias, en mayor o menor medida e independientemente de sus capacidades y competencias, asuman responsabilidades, en algún momento de su vida social, en el Consejo Rector u otros órganos sociales de su cooperativa.

No es bueno perpetuar los cargos, debemos favorecer los relevos generacionales y la rotación.

- Es importante contemplar la DIVERSIDAD como un elemento positivo y por ello debemos “forzar” en la medida de lo posible la configuración de equipos diversos y complementarios, es decir, formar equipos de hombres/mujeres, jóvenes/ veteranos, diferentes culturas y formas de pensar.

- La FORMACIÓN societaria es indispensable. Debemos programar de forma “obligatoria” cursos para adquirir competencias para una buena gestión social.

Que levante la mano el que no haya hecho nunca un curso de:

- Habilidades sociales
- Funciones y responsabilidades del Consejo Rector
- Inteligencia emocional
- Dirección de reuniones
- Productividad personal
- Etc.

Bueno, ya podéis bajar la manos si las habéis levantado en alguna ocasión, ya sabes… ¿¿¿¿¿??????

En el plano empresarial

- Se pueden identificar y determinar sistemas para evaluar el desempeño individual, tanto de forma interna como de forma externa. No hay que tener miedo a ser evaluados; de hecho nos hace mejorar y nadie escapa a las evaluaciones, independientemente del lugar que se ocupe en el organigrama. Aquí también es importante la autoevaluación.

- Se pueden introducir elementos que fomenten la productividad personal. ¡Ojo!, no se trata de caer en sistemas que fomenten la competitividad donde unos ganen o pierdan a costa de otros.

- Formarse en la dirección de equipos es importante y establecer buenos mecanismos para coordinarse es fundamental. Hoy la tecnología nos puede ayudar mucho en este tema y por eso es importante formarse en su uso.

Como vemos, el efecto polizón a bordo no escapa a ningún tipo de organización social/empresarial. Siempre habrá personas que intentarán beneficiarse del esfuerzo de los demás (los que no pagan impuestos, los que no se asocian a entidades que defienden sus intereses, ya que piensan que lo que consigan los demás se les aplicará a ellos/ellas como sindicatos, patronales, asociaciones en defensa de…).

Frente a esto, sólo cabe una cosa: EDUCACIÓN EN VALORES

Y tú, en tu cooperativa,… ¿tienes algún socio polizón?

Espero tus comentarios