23/06/2025 Ana Real
El segundo Año Internacional de las Cooperativas plantea el reto de si el sector será capaz de capilarizar a la sociedad sus beneficios y llegar al corazón de la juventud
Este 2025 ha sido declarado, por segunda vez, Año Internacional de las Cooperativas —el primero fue en 2012—. Con este gesto, Naciones Unidas quiere destacar el papel esencial que desempeña este modelo empresarial —frente a otros— en el desarrollo sostenible. El lema escogido no deja lugar a dudas: «Las cooperativas construyen un mundo mejor», para recalcar la capacidad de las cooperativas para ofrecer soluciones innovadoras a retos y problemáticas, actuales y de siempre, a través de un modelo empresarial singular que, sustentado en los principios y valores del cooperativismo, aúna competitividad y responsabilidad social. En definitiva, la ONU ha querido destacar las múltiples contribuciones del cooperativismo al desarrollo sostenible en las dimensiones social, económica y ambiental, mostrando cómo de qué múltiples maneras son clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.
Pero, a pesar de sus bondades, el cooperativismo no ha conseguido aún capilarizar todo su potencial, valores y ventajas a la sociedad, menos aún a la juventud. En un mundo donde multitud de jóvenes se movilizan por el clima, la justicia social y los derechos humanos, el cooperativismo —una forma de emprendimiento basada en la solidaridad, la democracia y el bien común— sigue siendo un gran desconocido para muchos ¿Por qué?
Me viene a la cabeza el ejemplo de Greta Thunberg, esta jovencísima activista no inventó el ecologismo, pero lo hizo visible, urgente y poderoso para unir a muchos jóvenes hacia una meta común. El cooperativismo necesita a muchas Gretas: jóvenes activistas que lo vivan, lo comuniquen y lo defiendan con idéntica pasión.
¿Qué tienen en común Greta Thunberg y el cooperativismo?
Ambos cuestionan el sistema actual. Greta desafía el modelo económico imperante que consume los recursos sin límite; el cooperativismo propone una economía sostenible centrada en las personas.
Ambos empoderan a la juventud. Greta inspira a millones de jóvenes a actuar; el cooperativismo les ofrece una forma concreta de emprender desde sus valores.
Ambos necesitan visibilidad. El cooperativismo necesita activar un relato que consiga movilizar. ¿Y si el cooperativismo se convirtiera en una causa juvenil? ¿Y si conseguimos que cada vez que se hable de emprendimiento, también se hable de emprendimiento con propósito, con impacto?
¿Sirve para algo un Año Internacional?
En este punto en el que nos encontramos, surge la pregunta de para qué sirve dedicar un Año Internacional al Cooperativismo. Además de quedar muy bien como eslogan publicitario o de satisfacer el orgullo de sentirse reconocido, la respuesta no es fácil o, al menos, no es categórica, y cada uno tendrá su opinión al respecto. En su resolución, la ONU alienta a todos los Estados miembros, así como a todas las instituciones interesadas, a que aprovechen este Año Internacional para promover este tejido empresarial al servicio de las personas y de la sostenibilidad, a que examinen la legislación y las políticas vigentes a fin de conseguir que el entorno jurídico y normativo de cada país sea más propicio a la creación y el crecimiento de las cooperativas, mejorando las leyes y los reglamentos vigentes o promulgando otros nuevos, especialmente en lo que respecta al acceso a financiación, la autonomía, la competitividad y una tributación justa.
Claro, lo que no sé es el caso que se le puede hacer ahora mismo a la ONU, visto lo visto en el panorama internacional. Quiero pensar, al menos, que en Europa aún puede tener cierto ascendente en países como España y otros de nuestro entorno. Como punto de partida no está mal, es verdad. Sin embargo, a pesar de llevar acumulados dos Años Internacionales, me da la impresión de que al cooperativismo le cuesta alcanzar un reconocimiento político, presupuestario, administrativo y social acorde a las bondades del modelo.
En el caso español, además, ya existe un mandato Constitucional, que insta a los poderes públicos a promover y fomentar este modelo empresarial, por tanto, tan solo se trataría de desarrollar adecuadamente esta encomienda. Algo similar ocurre en la Comunitat Valenciana, cuyo Estatut fue el primero de las Autonomías en trasladar a su articulado este mismo mandato. Por tanto, los mimbres están.
¿Qué ocurre entonces? Pues, claramente, no se ha conseguido hasta ahora traducir, de una manera incontestable y suficiente, ni la voluntad del legislador ni las buenas palabras y los gestos políticos posteriores, a la acción y a los hechos. Hemos logrado bastante en la última década a nivel institucional y creo que es de justicia reconocer que, en el tiempo transcurrido desde el primer Año Internacional del Cooperativismo hasta nuestros días, las entidades representativas del Cooperativismo en sus diferentes niveles de influencia, han hecho una enorme labor de representación, consiguiendo que la Unión Europea adopte, por fin, una estrategia común de apoyo a nuestras empresas a través del Plan de acción para la Economía Social que persigue tres objetivos clave: crear las condiciones marco adecuadas para el desarrollo de la economía social, impulsar la puesta en marcha y expansión de las organizaciones de la economía social y garantizar su reconocimiento y potencial en los diferentes países miembros.
Estamos, sin duda, en el camino adecuado. Hemos llegado política e institucionalmente adonde nunca antes lo habíamos hecho, pero a pesar de ello, no hemos conseguido aún que la sociedad nos conozca de verdad. Y creo que esta es la tarea que nos anima a hacer este 2º Año Internacional del Cooperativismo. Y, por eso, creo que, al margen de la labor que deben seguir haciendo las entidades representativas, las cooperativas deben hacerse conscientes de todo su potencial como prescriptoras del modelo cooperativo en sus respectivas áreas de influencia, ayudando a expandir su manera de hacer empresa, porque al mismo tiempo, estarán contribuyendo a que la ciudadanía las conozca mejor y, por ende, a derribar falsos mitos y prejuicios que aún hoy persisten, a que la marca del cooperativismo cale como sinónimo de buen hacer y eso redundará en notoriedad y reconocimiento social para todo el sector empresarial cooperativo en general.
De hecho, hay empresas cooperativas que se han dado cuenta y basan ya sus eslóganes promocionales y sus campañas en medios de comunicación social en el hecho cooperativo. Lo hace la cooperativa de crédito Caixa Popular, lo hace Consum y lo empiezan a hacer otras cooperativas con independencia de su tamaño -el otro día escuchaba una cuña de radio de la cooperativa de reformas Taulell, destacando que lleva 10 años como cooperativa-. Imaginaos qué pasaría si las más de 2.000 cooperativas valencianas o las 24.000 en toda España hicieran lo mismo.
Pues bien, creo que si todas las cooperativas se sumaran a esa misma tendencia generarían un efecto multiplicador imparable, porque el cooperativismo tiene valores, tiene relato y tiene sólidos referentes.
Para llegar a los jóvenes hacen falta dos aliados: la escuela y las redes sociales
Otro reto es conseguir que la juventud apueste por el cooperativismo para atraer savia nueva y talento, necesarios para asegurar el recambio generacional que el sector necesita para seguir otros 200 años más.
Pero, para que la juventud se fije en el cooperativismo primero tiene que conocerlo y, después, conectar con sus valores y, para eso hacen falta dos aliados: la escuela (y la Universidad) y las redes sociales.
Merecemos una escuela y una Universidad donde se enseñe el cooperativismo por todos los beneficios de los que hemos hablado. Y necesitamos también vehicular a través de las redes sociales un relato potente para llegar a la juventud, para seducirla, llegar a ella con sus palabras y sus códigos.
Necesitamos que TikTok hable de Cooperativismo. En España, esta red social ha experimentado un crecimiento explosivo, alcanzando una base de usuarios de más de 16 millones de usuarios mayores de 18 años, convirtiéndose en la plataforma social con mayor presencia en el país en los últimos años y le posiciona como elemento esencial en las estrategias de marketing de las empresas. Además, es la de mayor impacto entre público joven: los usuarios de entre 18 y 24 años conforman la franja más representativa, con un 39,8% del total y otro 29% de entre 25 y 34 años.
Hoy en día, la plataforma se presta a todos los tipos de contenido, no sólo para entretener, sino también para inspirar y educar, según indican algunos estudios de tendencias. De hecho, según una investigación de Marketing Science en España, el 84% de los usuarios en España que han interactuado con contenido relacionado con pymes en TikTok aseguran haber descubierto nuevas empresas en la plataforma antes que en cualquier otro lugar. Y el 96% de los usuarios de TikTok consultados en España, cree que la plataforma puede ayudar a las pymes a crear conexiones más fuertes con sus usuarios.
FEVECTA abrió en 2024 su canal de TikTok para empezar a establecer un diálogo sobre cooperativismo con los jóvenes de la mano de Deparkineo, mostrar sus potencialidades y ventajas de manera desenfadada y tratando de conectar con sus inquietudes y problemáticas: precariedad laboral, necesidad de emancipación, búsqueda de otra manera de trabajar conectando con los valores…
Sembrar el Activismo Cooperativo
Así es que el cooperativismo no necesita reinventarse, necesita ser descubierto: en la calle, en las redes, en las aulas. Y para eso, necesita voces jóvenes, valientes y comprometidas. Necesita su propia generación de “Greta Thunbergs” que lo convierta en una causa urgente, atractiva y transformadora. Que la juventud sepa que emprender no tiene por qué ser una aventura en solitario, que trabajar no tiene por qué ser sinónimo de precariedad y que el desarrollo profesional puede alcanzarse en conexión con los propios valores.
Si aún no nos sigues en TikTok ¿a qué estás esperando? Iniciamos 2ª temporada
https://www.tiktok.com/@fevecta
Ana Real
Soy periodista y máster en comunicación radiofónica. Como responsable de Comunicación de la Federación Valenciana de Empresas Cooperativas de Trabajo Asociado (FEVECTA) me ocupo, entre otras cosas, de coordinar este Blog. El cooperativismo y las cooperativas necesitan un relato para explicarse, para dar a conocer a la sociedad que son otra manera de hacer empresa: más humana, responsable y conectada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Y, precisamente, ese relato es el que intento construir en cada uno de mis artículos para llegar cada día a más personas.
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