15/06/2020 Pedro Aparicio
La crisis del covid-19 nos ha obligado a vernos en el espejo y nos ha mostrado con total nitidez que la sociedad capitalista no es capaz de solucionar los problemas que genera.
La situación que estamos viviendo a nivel global con la pandemia del coronavirus y que ha sacudido nuestras vidas nos obliga a pararnos a reflexionar, tanto en clave social y política como en clave más personal e íntima. Puede ser este un momento muy adecuado para replantearse algunos conceptos que tenemos muy integrados como cómo queremos organizarnos como sociedad y reflexionar sobre ello.
Propongo hacer dicha reflexión sobre la economía:
Tras esta breve descripción de modelos posibles de organización, es necesario preguntarse: ¿Por qué seguimos sosteniendo un sistema que lejos de contribuir al bienestar general, nos aboca al colapso?
En estos tiempos de crisis sanitaria, social y absoluta emergencia climática, la prioridad de nuestra sociedad debería ser modificar la economía urgentemente ¿No es suficiente la desigualdad creciente? ¿No es suficiente la evidencia de las profundas brechas sociales que la cuarentena provoca irremediablemente?
No estamos sabiendo cuidar de nuestra casa, que se quema, como bien afirma la joven activista Greta Thunberg. Los cascotes del tejado están cayendo ya sobre nuestras cabezas y aun así parece no haber reacción ¿Por qué? Estos días está quedando claro que parece imposible detener la destructora locomotora capitalista por la brutal inercia de la magnitud alcanzada. Parece que, como sociedad, estamos cayendo en lo que se llama “indefensión aprendida”, aprender a no defenderse, a no reaccionar.
¿Por qué entonces escribir este artículo? ¿Para qué gastar energías trabajando en apagar un fuego que parece estar descontrolado?
En mi caso, y en el de tantas otras, es una cuestión de dignidad. El trabajo diario desde mi cooperativa me conecta con ese lugar de construcción común de la economía social y solidaria desde el que trabajamos cada vez más personas en una infinidad de propuestas diversas de dar forma “alternativa” a nuevos modelos de economía capaces de transformar la sociedad a cada pequeño paso que damos. Hacer realidad sistemas de autoapoyo y organización en red capaces de reaccionar y adaptarse a situaciones como la que ahora vivimos no es una cuestión de esperar que la cosa ocurra espontáneamente, es cuestión de unirnos y construirlos conjuntamente.
Para vivir con dignidad necesito ser coherente. La coherencia es la concordancia entre las ideas y las acciones. Podría decirse que la falta de coherencia es la falta de cohesión de un individuo consigo mismo o, dicho de otra forma: vivir enajenados, sin plena consciencia de los actos o hechos de los que se es autor, vivir indolentes ante las consecuencias de nuestra actitud, de nuestro modo de consumo irresponsable, de nuestra inacción ante la injusticia, de nuestro silencio cómplice.
Para vivir con dignidad necesito ser solidario. Cuando no se desea ser responsable del sufrimiento ajeno es porque el sufrimiento ajeno causado se convierte en sufrimiento propio. La dignidad y la coherencia, entonces, tienen que ver también con la solidaridad.
Aunque solo soy una minúscula gota de agua, para vivir con dignidad necesito sentirme lluvia, lluvia que somos todas, para despertar la tierra, para germinar semillas, para cuidar y celebrar la vida.
Pedro Aparicio
Presidencia de REAS País Valencià. Socio de la cooperativa de trabajo asociado Altur Coop V. Más información y contactos Red de Economía Alternativa y Solidaria: REAS P.V. Xarxa d'economia alternativa i solidària; TORNALLOM Mapa d’alternatives econòmiques i solidàries al País Valencià (proyecto en fase inicial); BALANÇ SOCIAL Eina que mesura l’impacte social, ambiental i de bon govern; MERCAT SOCIAL Circuit econòmic alternatiu amb criteris ètics, democràtics, ecològics i solidaris; Carta de principios de la economía solidaria
Un artículo tan reivindicativo como necesario con un absoluto talante humanista.
Dignidad, coherencia, solidaridad. Palabras que han quedado huecas, utópicas... ...y que son las que nos hacen realmente ser personas. Gracias!
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