“Queremos ‘fer comboi’ con las personas sordas y que puedan participar en su comunidad y disfrutar de la cultura, viajes y ocio sin ninguna limitación”.

La próxima semana, el 14 de junio, se celebra en nuestro país el Día Nacional de la Lengua de Signos, fecha escogida porque tal día como ese de 1936 fue fundada la Federación Estatal de Personas Sordas en España (CNSE). La conmemoración tiene el objetivo, no sólo de compartir y promover su difusión, sino de impulsar medidas para normalizar su uso más allá de los ámbitos domésticos, educativos o sociosanitarios.

 

Hemos avanzado mucho en cuanto a la promoción de la igualdad de derechos de todas las personas y a la inclusión en nuestra sociedad de la diversidad en todos los ámbitos de la vida. Sin embargo, sigue habiendo mucho desconocimiento entre la sociedad acerca del día a día de una parte importante de la ciudadanía: las personas con discapacidad auditiva.

 

Se estima que en España hay más de 1’2 millones de personas sordas o con discapacidad auditiva mayores de dos años (57,25% mujeres y 42,75% hombres), según la tercera Encuesta de discapacidad, autonomía personal y situaciones de dependencia, realizada en nuestro país y publicada en 2022 por el Instituto Nacional de Estadística (INE). De ellas, sólo un 5,7%, entre 5 y los 64 años son signantes, es decir, que utiliza la lengua de signos para comunicarse. Parece poco, pero, eso sí, desde 2008 la población usuaria de la lengua de signos se ha visto incrementada en un 105%. Ha tenido que ver, sin duda, la promulgación en nuestro país de la Ley 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas y, también, al calor de la ley, la aparición de empresas y servicios que tratan de hacer realidad los derechos de las personas sordas tanto en la esfera pública como en la privada; servicios que benefician, obviamente a las personas usuarias, pero que también resultan positivos para la comunidad y sociedad a la que pertenecen al crear una conciencia más respetuosa y abierta hacia la diferencia, al contribuir a que se viva como enriquecedora, potenciando valores como el respeto, la igualdad y la empatía.

 

Así lo sienten Belén Álvaro y Paz Carrascosa, intérpretes de lengua de signos (ILS) y socias de COMBOILS Coop V, una joven cooperativa de València que ofrece servicios de interpretación en lengua de signos a entidades y particulares con el objetivo de garantizar el acceso autónomo y universal a la información y a la comunicación de las personas sordas y sordociegas. Para ellas, “la ley ha supuesto un gran avance en los derechos de este colectivo, por sí misma, en el derecho a la libre opción de uso de su lengua y, en consecuencia, por su impacto en otras muchas legislaciones posteriores”. Ahora bien, como conocedoras de este tema, también advierten que, a pesar de lo conseguido, aún queda mucho por hacer, según reconocen, “quedan muchas líneas de trabajo por abordar en materia de lengua de signos, siendo necesaria la implementación total de la norma y la aprobación de un Reglamento que incluya medidas de protección y promoción de esta lengua”.

 

Y en ese gran campo por explorar, nace COMBOILS, cuyo nombre representa la suma de la expresión valenciana ‘Comboi’ (diversión colectiva, ilusión, entusiasmo) y de las siglas ILS. “Como se dice en la terreta, queremos ‘fer comboi’ con las personas sordas a través de la interpretación a la lengua de signos y que puedan participar en su comunidad y disfrutar de la cultura y el ocio sin ninguna limitación (viajes, visitas, etc.)”.

 

Belén y Paz se conocieron hace 10 años en el seno del movimiento asociativo de personas sordas. Belén es pedagoga y CODA —hija de padre y madre sordos—, lo que le ha hecho crecer dentro de la Comunidad Sorda con la lengua de signos como lengua materna. Paz es trabajadora social; ella aprendió la lengua de signos ya de adulta, pero, confiesa, “es una lengua que tiene algo especial, te atrapa y ya no puedes dejarla ir". Así que desde que la aprendió ha estado trabajando con personas sordas en diferentes ámbitos. Compartieron mucho tiempo de trabajo en el seno de la comunidad sorda y se dieron cuenta de que podían unir las dos cosas que más les gustan: la lengua de signos y viajar.

 

 

Lengua de signos + ocio y viajes + autogestión = Comboils Coop V

 

Cuando se conocieron, Belén y Paz trabajaban en relación con personas sordas, pero en un trabajo bastante burocrático y de oficina. “Sentíamos que necesitábamos un cambio, tanto en las funciones como en la propia organización del trabajo”, recuerda Belén.

 

“Comenzamos a darle vueltas a la posibilidad de crear algo autogestionado que nos permitiera decidir y trabajar a nuestra manera; y vimos la posibilidad de unir la lengua de signos con los viajes. Así decidimos emprender este proyecto e iniciar la mayor aventura de nuestra vida hasta el momento”, reconoce.

 

 

Aunque en los últimos años la accesibilidad ha ido en aumento en ámbitos de la vida como la educación, la sanidad o el empleo, las personas sordas siguen encontrando barreras en otros ámbitos menos formales, pero tan importantes, como es el del ocio y tiempo libre. Es, precisamente, en este ámbito en el que COMBOILS ha decidido centrar su actividad para diferenciarse de la competencia. “Consideramos que el ocio es básico para el desarrollo de todas las personas, por ello decidimos enfocar una de nuestras principales líneas de trabajo en aquello que a nosotras nos apasiona y que nos completa, los viajes”, comentan. Eso sí, como señala Paz, “dada la falta de intérpretes, realizamos interpretación en cualquier ámbito de la vida diaria”.

 

Una vez decidieron que iban a crear una empresa, se asesoraron acerca de las diferentes fórmulas jurídicas, entre ellas la cooperativa de trabajo. “Entramos en contacto con FEVECTA para informarnos de todas las características de esta forma jurídica. Una vez decidimos constituirnos como cooperativa, desde FEVECTA recibimos asesoramiento y acompañamiento en todo el proceso de constitución, lo cual nos hizo mucho más fácil todo el camino. Fue un proceso de autoexploración y mucho trabajo, pero que cada día iba dando resultados y que finalmente supuso la creación de lo que hoy es Comboils”, cuentan.

 

En la decisión de decantarse por la fórmula cooperativa también pesó la propia actividad de la empresa, como explica Belén, “porque nuestra actividad genera una mejora directa en la calidad de vida de las personas sordas y qué mejor que hacerlo desde la forma jurídica de cooperativa, apostando por un modelo en el que priman las personas, en el que cada socia tiene el mismo peso y en el que es vital el trabajo en equipo”.

 

Además, apunta Paz, “por el tipo de profesión que desempeñamos, también consideramos que esta forma jurídica podría favorecer que en el futuro más compañeras intérpretes entraran a formar parte del proyecto como socias-trabajadoras, generando una red de trabajo en la que cada persona aporte su compromiso y trabajo al bien común”.

 

Los servicios que presta COMBOILS desde 2022 vienen a llenar un vacío existente en general en todo el territorio español de este tipo de servicios por dos razones fundamentales: la escasez de oferta formativa en la materia —ha desaparecido el Ciclo de Grado Superior correspondiente al Título de Técnico Superior en Interpretación de la Lengua de Signos y solo dos universidades en toda España han incorporado la nueva formación para intérpretes de lengua de signos— y la precariedad laboral de la profesión. Como describe Belén, “gran parte del trabajo de las ILS se desarrolla directa o indirectamente en asociaciones o entidades que dependen de subvenciones, licitaciones o concesiones de carácter social, lo que no garantiza una estabilidad laboral y hace que muchas de las profesionales decidan dejar la profesión por otros trabajos”.

 

 

Por su parte, Paz demanda que las condiciones laborales de la profesión de intérprete en general mejoren. “Existe una necesidad real cada vez mayor de esta profesión, pero debe ir acompañada de una dignificación de la misma y del reconocimiento como profesión que garantiza los derechos básicos de un colectivo”, reclama.

 

 

Viajes sin fronteras y sin barreras

 

Cuando viajamos, hay muchas cosas a las que estar atento durante el trayecto, a la llegada, durante la estancia en un lugar desconocido, además de llegar a disfrutar de la esencia de cada lugar. Las personas con algún tipo de discapacidad pueden llegar a renunciar a viajar solas o a lugares desconocidos para ellas, teniendo en cuenta que hasta ahora la oferta de ocio y viajes accesibles es prácticamente nula. Ahora esto está empezando a cambiar. De hecho,COMBOILS acaba de regresar de un viaje organizado a Marruecos y el resultado ha sido muy positivo.

 

“Creemos que es un ámbito en el que queda mucho trabajo por hacer para que las personas sordas puedan acceder a este ámbito sin barreras. Estamos muy contentas con la respuesta que están teniendo los primeros viajes que hemos ofrecido, ya que ponen de manifiesto ‘el hambre’ de estos servicios que tienen las personas sordas. Quieren viajar y disfrutar de cada aventura sin barreras y eso es lo que queremos desde Comboils”, explican.

 

Para la organización de estos viajes, Comboils colabora con la agencia de viajes AMMA NATUA, COOP.V. (Alicante). Son viajes en grupo específicos para personas sordas signantes, en los que Belén y Paz acompañan al grupo durante todo el viaje para interpretar toda la información a la lengua de signos. De esta manera, las personas participantes pueden conocer otros lugares y otras culturas sin barreras y con la comodidad de hacerlo en su propia lengua.

 

 

Una Cooperativa de triple impacto

 

El impacto social de la actividad realizada por Comboils es evidente, porque como explica Belén, “como entidad social, tanto por ser parte de la economía social como cooperativa, como por desarrollar una profesión de carácter social, nuestro impacto en la sociedad es alto. La participación en la sociedad en igualdad de condiciones pasa por una accesibilidad completa que garantice el acceso a la información y el derecho a la libre participación. Para ello, las personas sordas signantes precisan de la presencia de intérpretes de lengua de signos, lo que hace que puedan sentirse ciudadanas de pleno derecho”.

 

Por este impacto, el año pasado su proyecto resultó seleccionado para participar en el programa Llamp Ames de emprendimiento sostenible de la GVA, que este año llega a su tercera edición. “Formar parte de los proyectos Llamp AMES de Fevecta nos permitió dar forma a la idea que teníamos en mente. Analizar cada aspecto, mejorar puntos clave y poner en valor elementos con los que contábamos, nos permitió construir la base de nuestra cooperativa y arrancar nuestra actividad con unos pilares fundamentados y una estructura bien ensamblada”, reconoce Belén.

 

 

Para Paz, por su parte, “fue clave para abordar muchos aspectos organizativos que se nos escapaban y poder ensamblar todas las piezas que finalmente dieron como resultado la creación de Comboils”.

 

Su evolución está siendo muy positiva y, de hecho, Comboils acaba de ser seleccionada para formar parte de las empresas 3i, es decir, de triple impacto, de la edición de 2023 del programa Llamp y continuar con su proceso de asesoramiento y mentoría para acelerar su consolidación y crecimiento. “Estamos muy contentas e ilusionadas. Es una gran oportunidad para seguir trabajando y dando forma a este proyecto, que ya es una realidad”, confiesa Paz.

 

Ahora toca seguir trabajando con la vista puesta en el futuro. Las socias de Comboils Coop V se plantean seguir trabajando en el ámbito de la cultura y ampliar su oferta de viajes accesibles. “A corto plazo queremos ser el referente de las personas sordas en cuanto a ocio y tiempo libre accesibles en lengua de signos, así como que las entidades culturales nos tengan como referencia para garantizar la participación de este colectivo en sus eventos. La adaptación de la agenda cultural de València supondría que esta ciudad fuera un destino turístico de referencia para personas sordas del resto de España e incluso del ámbito internacional”, reconoce Paz.

 

“Y nos encantaría crecer en número de socias, ya que eso significaría que la accesibilidad va en aumento y, por tanto, que las personas sordas pueden participar más en su comunidad y tienen más opciones donde escoger”, apunta Belén.

 

Pues nosotros, desde aquí, les deseamos mucha suerte, porque el objetivo bien lo vale. Si queréis saber más: https://comboils.es/